Cuando a finales del año pasado Jaguares presentó su nueva imagen, hubo un detalle que pasó casi inadvertido: complementando la maleza que cubría los hombros en el diseño de la camiseta titular, aparecía la leyenda Night Hunter (“Cazador Nocturno”, en inglés). Y fue justamente en la noche de ayer que el equipo argentino salió de cacería por Liniers y capturó a su mejor presa hasta el momento, sin darle casi oportunidad de reaccionar: en un partido sin fisuras, sin dudas el mejor de su ya inolvidable campaña 2019 y uno de los mejores de su historia en el torneo, arrasó a Brumbies -el ganador de la Conferencia Australiana- por 39-7 y se clasificó por primera vez a la gran final del Súper Rugby.
“Esto no es el fruto de lo que venimos haciendo desde enero, sino desde hace cuatro años”. Con “esto”, el tucumano Matías Orlando, autor de dos tries y una de las grandes figuras que tuvo el equipo en la primera semifinal de su historia. El concepcionense dejó en claro que las manos de Gonzalo Quesada tienen mucho que ver, pero a Mario Ledesma, Raúl Pérez y sus respectivos staffs también les corresponde parte del crédito.
La presión puede hacer estragos en la mentalidad de un equipo, pero a Jaguares no le pesó en ningún momento: alentado por una multitud y con una confianza plena en su juego, apuntó a la yugular de su rival y no lo dejó hacer nada, manejando bien la pelota, sin rifarla, convencido de lo que hacía. Así llegó el try de Tomás Cubelli frente a su ex equipo, y luego el de Tomás Lavanini, quien al igual que Pablo Matera, en la final librará su última batalla con Jaguares antes de partir hacia Europa.
Brumbies aprovechó el único momento de duda para poner una dosis de suspenso al final del primer tiempo, pero Jaguares lo neutralizó con un segundo acto impecable, en el que sometió a su rival con una defensa muy sólida y agresiva y lo sentenció con el doblete de Orlando (máximo tryman de la temporada, con 8 conquistas) y la cereza de Emiliano Boffelli. Para cuando estas líneas sean leídas, Jaguares ya conocerá a su rival: sea Crusaders o Hurricanes, será un desafío de extrema dificultad. Aunque a estas alturas, para los muchachos de Quesada, nada parece imposible.